sábado, 2 de julio de 2022

EL SANTO CRISTO DE LA SALUD DE MÁLAGA

 

 EL SANTO CRISTO DE LA SALUD DE MÁLAGA               

 

 

   EL QUE TRAJO LA SALUD A MÁLAGA EN 1649

 

 

 

   Rebuscando en la historia no hay imagen de Cristo en la ciudad con un poso devocional tan influyente como el Santo Cristo advocado de la Salud, que celebra su fiesta votiva el 31 de mayo.  Una conmemoración de su tradición milagrosa que en el año de 1649 obtuvo sus mayores cotas salvando a la ciudad, dicen las crónicas, de una epidemia indiscriminada de peste.

   Desde entonces y hasta aún hoy, la talla del Santo Cristo de la Salud goza de una silenciosa pero forjada devoción entre muchos malagueños. Esta escultura de Jesús Atado a la Columna, que se da por obra de José Micael y Alfaro (1633), preside desde mediados del siglo XIX el magnífico templo circular de la calle Compañía, que fue el primer gran asentamiento jesuita en la ciudad, y hoy con dedicatoria expresa al Santo Cristo.

 

   Todo empezó hacia 1633 cuando en el convento de los trinitarios calzados, (actualmente un edificio con mucho pasado pero con poco futuro) se fundó una piadosa hermandad de penitencia en torno a un Cristo atado a la Columna allí existente y que, según se creía, había sido donado por los Reyes Católicos.  Quizás porque los frailes o el patrono de la capilla donde se veneraba, que era el regidor Juan Tristán de León, quisieran el monopolio sobre la misma, los cofrades pronto llegaron a la conclusión de que lo mejor era contar con una escultura propia, para lo que contrataron una con el escultor de origen turolense José Micael y Alfaro (1595-1650).  

    La imagen que se historia, no entró con buen pie, porque casi simultáneamente a su hechura, la hermandad se vio envuelta en una crisis que le hizo suspender la procesión anual del Miércoles Santo y trasladarse desde la Trinidad hasta la céntrica iglesia de San Juan, para lo cual tuvieron que deshacerse de ella, dado que en esta parroquia ya existía un Cristo flagelado al que el clero allí adscrito les obligaba a rendir culto. De esta forma la talla de Micael pasó a manos particulares.  Primeramente a las de una tal Ana de Medegal, y tras su muerte, a las de un anónimo propietario que vivía en la Alcazaba malagueña.

LA PESTE.-   Así estaba la situación cuando en noviembre de 1648, se sintieron los primeros síntomas de una de las pestilencias más devastadoras de las que ha sufrido Málaga, que llegaría a perder en los meses que duró más de una cuarta parte de población. El lunes 31 de mayo de 1649, cuando mayor virulencia alcanzaba la enfermedad, la viuda del último propietario del Señor se mudó de casa, por lo que requirió los servicios de un carretero para trasladar sus pertenencias, entre las que se encontraba la escultura. Al pasar el carro ante las puertas del Ayuntamiento, en la hoy plaza de la Constitución, se dio la circunstancia de que la pareja de bueyes frenaron en seco su marcha negándose a avanzar pese al castigo que les infligía su dueño.  El hecho por lo extraño, motivó la curiosidad de quienes se encontraban cerca, arremolinándose para ver en qué quedaba todo aquello.  Fue entonces cuando una voz de niño se impuso advirtiendo: «¡Miren de qué suerte llevan a un Santo Cristo!».  Los presentes no viendo por parte ninguna criatura alguna, quedaron llenos de estupor, procediendo el escribano Francisco Solano Alcázar a registrar el carromato encontrando cubierto bajo unas frazadas a la sagrada efigie.

   La reacción espontánea de los testigos del hallazgo, entre los cuales se encontraban varios mayordomos de la Cofradía de la Esperanza, radicada en la vecina ermita de Santa Lucía que se alzaba en la actual calle de ese nombre, fue a introducirla a hombros en las Casas Consistoriales, mientras proclamaban que portaban al verdadero médico que curaría a Málaga.  La narración de lo sucedido se extendió rápidamente entre el vecindario que se agolpó para visitar al Señor entronizado en la capilla municipal y bautizado desde ese instante como “Santo Cristo de la Salud.”  Dado que la peste fue remitiendo progresivamente desde esa jornada, el pueblo piadoso no dudó en una providencial intervención divina. (Todo ello se encuentra puntualmente recogido en las actas capitulares del Consistorio con fecha de 1 de junio de 1649)  Apenas un día después del hallazgo supuestamente milagroso y redactado por el regidor Martín de Mújica, (aunque será el relato redactado por el impresor Juan Serrano de Vargas en su célebre 'Anacardina espiritual' compuesta en 1650 quien fijaría toda la invención acerca del origen de la teúrgica imagen.)

   Para entonces ya se había propagado la historia paralela de que su artífice, el mencionado Micael, autor igualmente del apostolado del coro de la Catedral, viendo los portentos obrados por su obra, había anunciado que su muerte estaba cerca. (Al parecer esto respondía a la creencia extendida entre los imagineros de que quien labraba una talla milagrosa fallecía al poco tiempo.)  Sea inventiva del imaginario popular o por pura aprensión del maestro, éste falleció efectivamente justamente un año después de los sucesos de la plaza, siendo enterrado en la iglesia de Santiago de Málaga.

 

REFLEXIÓN.- Piensen en una ciudad portuaria de calles tortuosas y sucias, donde se ha declarado una epidemia y cuyos medios para combatirla es purificando el aire, quemando pólvora y romero, esparciendo estiércol de vaca por doquier y disparando cañonazos desde las baterías de defensa.  Los médicos ni siquiera se atreven a entrar en las casas de los afectados, limitándose a vocear en la puerta los remedios que se les ocurren, más propios de nigromantes que de personas de ciencia.

En hospitales improvisados se hacinan la mayoría de enfermos asistidos rudimentariamente esperando la muerte y a ser conducidos a los llamados “carneros” donde serán enterrados cubiertos de cal viva. Esa dantesca ciudad, que en realidad podía ser cualquier otra del occidente europeo es Málaga, donde hasta bien entrado el siglo XIX, se combatía las periódicas pandemias según el delirante protocolo descrito. Así no es de extrañar que la gente de entonces, impotente ante el mal, buscara el remedio sobrenatural, impelida por la creencia de que la peste era un castigo enviado por Dios a un pueblo pecador.

   Este es el origen de innumerables devociones repartidas por todo el mundo católico, y más concretamente de la devoción al Santo Cristo de la Salud, protector jurado de la ciudad por iniciativa de su Ayuntamiento y equivalente a la patrona Santa María de la Victoria que fue siempre de la predilección del estamento eclesiástico.  Hoy cuesta imaginar la enorme devoción que los malagueños de antaño sintieron por este Cristo, similar o superior al fervor que desde mediados del pasado siglo suscita la efigie de Jesús Cautivo entre sus descendientes, lo que es demostrativo de que hasta los sentimientos más íntimos y sagrados no son inmunes a las veleidades humanas.  Ahora que se acerca el día 31 de mayo, fecha de su festividad, no está de más ilustrar o recordar a quienes gustan de estos temas, el apasionante origen de esta imagen del Señor.

 

                 LA IGLESIA DEL SANTO CRISTO DE LA SALUD

 

   La Iglesia del Santo Cristo de la salud del siglo XVI, conocida como del Santo Cristo fue fundada por la Compañía de Jesús a quienes se les debe el nombre de la calle Compañía. Es el edificio que nos encontramos a la derecha de esta calle, característico por su planta circular.

   Los jesuitas al haber realizado misiones en Málaga, decidieron en 1572 asentarse definitivamente en la ciudad, comprando una casa al lado de la ermita de San Sebastián donde ejercían su ministerio.  Al ser la ermita insuficiente para el culto, se determinó construir una nueva iglesia.  Las obras no se comenzaron hasta 1598, y se inauguró el 28 de septiembre de 1630 aunque se continuaron algunos trabajos hasta 1644.

   Lo más interesante de ver es su cúpula, de la llamada de media naranja con un anillo con pinturas que simula elementos de obra de modo muy realista.  Asimismo, la bóveda está pintada en tres partes concéntricas de gran belleza, con pinturas ilustrativas que ayudaba a aprender a los hermanos que estudiaban en el centro de estudios humanísticos al que pertenecía todo el conjunto.  Son importantes además las pinturas de los altares y las esculturas, dos de ellas, las correspondientes al Cristo Coronado de Espinas y la Virgen de Gracia y Esperanza que son las de la popular Cofradía de Estudiantes, que sale el Lunes Santo a hombros de estudiantes de Málaga.

   La iglesia es obra de Pedro Sánchez, que diseñó este edificio barroco de planta octogonal sobre un solar donado por el Obispo Blanco Salcedo en 1572.  Fue inaugurada el 28 de noviembre de 1630.  Los jesuitas Angel Cortés y Díaz de Ribero diseñan el retablo mayor y el tabernáculo.  La portada principal data de los años 1659-1660 y los establos de San Ignacio y de San Francisco Javier, son de 1672 y 1678.  Al siglo siguiente, José Martín de Aldeahuela abre una pequeña capilla en medio del retablo dedicado a San Pedro.

   La Iglesia dedicada originariamente al mártir San Sebastián, fue el templo de un potente colegio para la formación de los hermanos de la Compañía, que se sentó con carta fundamental en 1572 en la ciudad de Málaga, coincidiendo con la primera gran expansión de la orden de los Soldados de Cristo, tan sólo treinta y dos años después de su constitución oficial ante el pontífice Pablo III.

   Tras la desamortización y la expulsión de los jesuitas en 1767, la iglesia fue transferida al Montepío de Socorro, que regentaba la parcela vecina de la casa del Consulado y la escuela de San Telmo.  En 1790 pasaron a manos de la Sociedad Económica de Amigos del País.   A mediados del siglo XIX, se creó el Patronato del Santo Cristo de la Salud.  En 1849 la imagen titular fue situada en el hueco que antes ocupaba  la imagen de San Pedro.  Esta consiste en una talla de José Micael y Alfaro de 1633 y consiste en la imagen de Jesús atado a la columna.  A esta talla se le atribuye la curación milagrosa que se dio en la ciudad en el año 1649 cuando apareció durante una epidemia.  En esta iglesia se encontraba la sepultura de Pedro de Mena, actualmente en la abadía cisterciense de Santa Ana.

 

 

                                            BIBLIOGRAFÍA

 

 

 

 

ADVOCACIONES DE LA SALUD.I CONGESO NACIONAL.  Aguilar de la Frontera, pp. 169-225

W. Soto Artuñedo;  la actualidad de los jesuitas a la Málaga moderna.

 

ADVOCACIONES DE LA SALUD. I   Congreso Nacional Aguilar de la Frontera.                                         

Francisco J. Rodriguez Marín. El Cristo de La Salud,  pp. 170-192

 

Isla de Arriarán, 8 pp. 28-30

  Salvador Jiménez,  Historiador.   Presidente de la Asociación Cultural Segrí de Málaga

                                               Conferencia sobre el Cristo de la Salud.                

 

 

                          ALTAR MAYOR DE LA IGLESIA

 

 

 

 

 

 





 

 

 

 


                                    

viernes, 1 de julio de 2022

COFRADÍA DE MISERICORDI. MÁLAGA

 

                        COFRADIA DE MISERICORDIA

 

 

 

 

                                                          MANUEL GARRIDO JIMÉNEZ

                                                          Investigador y escritor (Málaga)

 

 

 

REAL, ILUSTRE Y VENERABLE COFRADÍA

DE NUESTRO PADRE JESÚS DE LA MISERICORDIA,

SANTÍSIMO CRISTO DE ÁNIMAS,

NUESTRA SEÑORA DEL GRAN PODER Y SAN JUAN DE DIOS.

                                          

Resumen: En esta comunicación se relaciona la cronología de una cofradía malagueña con el título de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia y su vinculación con la Orden del Carmen Descalzo en el convento de su nombre.  La cofradía actual es consecuencia de la fusión de tres corporaciones diferentes: la Hermandad de la Misericordia, la de Nuestro Padre Jesús de la Buena Muerte y Ánimas y la de Nuestra Señora de los Dolores. También se da cuenta de su sede canónica desde un punto de vista artístico y de la vinculación histórica con el Ejército del Aire español.

 

Palabras clave: Hermandad de la Misericordia, Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Buena Muerte y Ánimas y Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores, cronología, capilla, Málaga, Ejército del Aire.

 

Durante más de 250 años (desde 1584 a 1835), los carmelitas estuvieron íntimamente ligados al barrio del Perchel de Málaga, donde instalaron su primer convento en nuestra ciudad. Con su llegada, se implantó también en nuestra ciudad la devoción por su principal advocación, que era la de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Una devoción, que fue poco a poco creciendo en aquel entorno urbano poblado principalmente por pescadores, marineros y gente de la mar. Un barrio que pronto identificó a la iglesia del Convento Carmelitano Descalzo de San Andrés - también conocido como Colegio de San Sebastián - con el nombre de Nuestra Señora del Carmen, su Sagrada Imagen Titular.

Sin embargo, aún tendría que pasar algún tiempo desde la llegada de los Carmelitas al Perchel, para que arraigara la devoción hacia la Patrona del Carmelo.  Desde que Málaga fue conquistada por los Reyes Católicos en 1487, los marineros y pescadores de nuestra ciudad habían tenido como patrón a San Telmo. Efectivamente, está documentada la existencia de una ermita dedicada a éste santo en los Percheles en 1524. Año en el que se aprobó una solicitud de los cofrades de San Telmo, para la creación de dicha ermita en la playa, cerca de las Torres de Fonseca[1], y que fue creada por una real carta orden de fundación, que aún se conserva[2], y que fue llamada de San Andrés.

   En ésta ermita, dedicada a San Andrés, oían misa los pescadores y gentes de la mar que habitaban el barrio del Perchel. 44 años más tarde, en el 1568, ya había llegado al Ayuntamiento de la ciudad, la petición del Obispado de edificar una nueva iglesia de mayor capacidad[3], para cubrir las necesidades de una población que iba en constante aumento.

   En el año 1583, un antiguo fraile carmelita mitigado - integrado en la reforma carmelitana puesta en marcha por Santa Teresa de Jesús – llegó  a Málaga. Su nombre: fray Gabriel de la Concepción, llamado también “fray Peñuela”, por haber sido fundador del convento descalzo de ésta localidad. Por aquellos años, hubo una terrible epidemia en la ciudad, y por ello, se instaló cercano a la ermita, un hospital para la atención de los enfermos, en el que el fraile desempeñó una reconocida y beneficiosa actividad. En el año 1584, fray Gabriel solicitó al corregidor Diego Ordóñez de Lara y al Obispo D. Francisco Pacheco de Córdoba, permiso para fundar el convento[4]. La primera misa celebrada en la nueva iglesia de los padres carmelitas, antes Ermita de San Andrés, fue el 27 de Junio del año 1584[5]. El rey Felipe II confirmó la cesión de la iglesia y el huerto a la Orden Carmelita.[6]

   A raíz de la desamortización de Mendizábal en 1835, se expropió el convento a la Orden Carmelita, y se parcelaron y vendieron los terrenos conventuales; excepto la iglesia, que fue entregada primero al Ayuntamiento de Málaga como “Capilla de Torrijos” en 1842. Como tal propiedad del ayuntamiento, siguió funcionando como “ayuda” de la vecina Parroquia de San Pedro, hasta que el deterioro de ésta, obligó a su cierre. La corporación municipal, le traspasó al obispado de Málaga la propiedad de la iglesia en 1883 pasando a denominarse “Parroquia de Nuestro Señor San Pedro y Nuestra Señora del Carmen”.

   En el año 1943, volvió a constituirse la antigua Parroquia de San Pedro, esta vez desligada -ya definitivamente hasta la actualidad- de la que en nuestros días se denomina “Parroquia de Nuestra Señora del Carmen”. El resto del terreno y dependencias conventuales desamortizadas fueron desapareciendo, hasta convertirse en una zona de talleres industriales, almacenes o tiendas que aún subsisten en la actualidad, aunque ha sufrido una enorme transformación en los últimos años, ya en pleno siglo XXI.

   La cofradía actual es consecuencia de la fusión de tres corporaciones diferentes: la Hermandad de la Misericordia, fundada en 1864 en la parroquia del Carmen; la de Nuestro Padre Jesús de la Buena Muerte y Ánimas y la de Nuestra Señora de los Dolores. La primera de éstas ya existía en el siglo XVIII en la parroquia de San Pedro. La segunda presentó sus estatutos para su aprobación en 1721. Ambas fueron trasladadas a la Iglesia del Carmen en julio de 1883, donde coincidirían las tres cofradías en culto. Un año más tarde se fusionarían las dos últimas hermandades, si bien no realizarían ninguna salida procesional en el siglo XIX.

   La figura de Francisco de Asís Cabrera Anaya fue capital para que, en 1918, ambas corporaciones saliesen de nuevo en procesión a la calle. En 1920 procesionarían el Nazareno y la Virgen juntos, ya que el Cristo de la Buena Muerte nunca llegó a hacerlo, y en 1921 formaron parte de la fundación de la Agrupación de Cofradías como una sola corporación nazarena. La Virgen cambiaría su nombre por el de Nuestra Señora del Gran Poder en 1926. En los sucesos de 1931 desaparecerían las dos tallas de Cristo, salvándose la dolorosa del siglo XVIII.

    Una vez fundada la Hermandad de la Misericordia en Abril de 1864, estableció su sede canónica en la iglesia del Carmen. Una iglesia que por aquel entonces era propiedad exclusiva del Ayuntamiento de Málaga desde 1842, bajo el título de “Capilla de Torrijos”.

   Una cuestión hasta ahora no aclarada, es la de la cesión por parte del Ayuntamiento de la denominada Capilla del Sagrario como sede de la cofradía. ¿En qué términos se efectuó? ¿La capilla fue cedida temporalmente o vendida a perpetuidad? En caso de que la cesión o venta fuese a perpetuidad... ¿Bajo qué condiciones legales se llevó a cabo? Todas estas preguntas, de momento, no tienen respuestas. La destrucción de los archivos de la Parroquia y de la Hermandad en los acontecimientos de Mayo de 1931, hacen imposible una respuesta clara a éste asunto.

   En la actualidad, se está buscando en los fondos del Archivo Municipal de Málaga algún dato que sirva para aclarar ésta cuestión. Es más que probable, que en las Actas Capitulares, existan algunas referencias, dado que es difícil de aceptar que dicha cesión o venta se efectuase sin el preceptivo acuerdo municipal, o sin que quedase algún rastro documental de Algunos autores, o prensa de la época.

   Sería años después -en 1883- cuando debido al pésimo estado general de la Parroquia de San Pedro se produjo dicho traslado, pasando el inmueble a propiedad plena –esta vez sí- del Obispado de Málaga. La antigua parroquia de San Pedro, cuando se instaló en el Carmen, pasó a denominarse Parroquia de Nuestro Señor San Pedro y Nuestra Señora del Carmen.

   Los años posteriores a la Guerra Civil sirvieron como reconstrucción de la hermandad. La capilla que actualmente ocupan se restauraría para reponer al culto las imágenes a partir del año 1944, con la llegada del Nazareno que realizase Navas Parejo. Durante este siglo inauguraría la casa hermandad ubicada en la plaza de Jesús de la Misericordia, mientras que las actuales dependencias, anexas también a su sede canónica, son fruto de la labor realizada ya en el siglo XXI.

 

Cofradía de Ntro. Padre Jesús de la Misericordia: Antecedentes de cultos

1733.     - La imagen del nazareno del Convento de San Andrés, conocido desde antiguo bajo la advocación de Ntro. Padre Jesús de la Misericordia, está documentada su existencia desde 1733, año en el que dio comienzo el bordado de una túnica de terciopelo para la imagen por Marcos Durán, que se finalizó en 1748 por las hermanas del rector carmelita descalzo Fray José del Niño Jesús, según un papel encontrado en el forro de la citada túnica cuando en 1893 se procedió a su restauración por el bordador malagueño Juan Reinés.

 

1758   - Con fecha de 15 de Octubre de 1758, existe un recibo firmado por Fray Cristóbal de San José a favor de doña Ana de Ortega, viuda de don Gabriel de la Cámara, por la limosna que dio para la capilla de Jesús de la Misericordia consistente en dos cortinas de tafetán sencillo de color rosado. (Archivo Protocolos Notariales. Escribanía de don Luis de Pizarro. Legajo 1759-60. Folio 474).

 

1759      - En el testamento de D. Gabriel de la Cámara (Escribanía de Luis de Parro. Legajo 1759-60. Folio 462) se da noticia de una donación hecha a la Capilla de Ntro. Padre Jesús de la Misericordia, por haberse enterrado éste señor allí.

 

1788 - 9 diciembre 1778 - la capilla fue cedida por el padre Prior de San Andrés M.R.P. Fr. Francisco de San Nicolás y la Comunidad, por la vía del Patronazgo, a la familia formada por don Mateo Carvajal y Ana Benítez su esposa, y a la hija de ambos doña María Victoria Carvajal y Benítez (LLORDÉN, ANDRÉS. O.S.A. y SOUVIRÓN, SEBASTIÁN. Op. Cit.; pags. 805 y 806. Citando un documento del Archivo de Protocolos. Escribanía de Gregorio Martínez de Ribera; fol. 715-718. Año 1778). Entre las obligaciones a las que se obligaba la citada familia de “patronos” de la capilla, se encontraba la de “cuidar del culto de dicha imagen”. Dicha cesión o traspaso, se fijó “sólo por el tiempo únicamente de sus tres vidas, a fin de que de ella puedan usar en calidad de patronos para su entierro y el de cualesquiera otras personas que obtengan su permiso, poniendo los escudos de sus armas y ejerciendo las demás funciones anejas a igual posesión y propiedad de capilla, con sólo la pensión de repararla en los precios que ordinariamente le ocurran y cuidar del culto de dicha imagen...”. Sin embargo, la orden religiosa se reservó para sí el completo derecho a las imágenes, para que de ella (se refiere a la capilla) no pudiesen ser sacadas en modo alguno...”, condición que fue aceptada por dichos señores en la escritura de cesión.

 

19 agosto 1835 - Según el Padre Lisardo Guede (GUEDE, LISARDO. “Ermitas de Málaga. Compendio histórico”. Málaga, Bobastro, 1987; p. 125), el 19 de agosto de 1835, abandonaron para siempre el convento – de San Andrés- los frailes carmelitas descalzos. Durante algunos años, el convento estuvo cerrado y vigilado por las fuerzas militares.     

 

5 agosto 1842   - Durante algunos años, el convento estuvo cerrado y vigilado por las fuerzas militares para evitar su saqueo, hasta que – después de varias peticiones de los vecinos del Perchel – la Dirección General de Rentas y Arbitrios de Amortización el 5 de Agosto de 1842, concedió la iglesia al Ayuntamiento en propiedad (ESTRADA Y SEGALERVA, JOSÉ LUIS. “Efemérides malagueñas”. Málaga, s. e., 1970, Vol. III; p. 167)  para dedicarla a Capilla de Torrijos, dada la reclamación que el cabildo había presentado con el argumento de haber cedido en el siglo XVI los terrenos, para que la orden religiosa fundara el convento.

 

16 agosto 1842 – Una vez cedida la iglesia del convento al Ayuntamiento por parte del Estado (el resto de las instalaciones fue parcelado y vendido), la corporación municipal tomó la decisión el 16 de Agosto de 1.842 (ESTRADA Y SEGALERVA, JOSÉ LUIS. Op. Cit. Vol. III; p. 215) de nombrar como “capellán” de la misma al periodista don Basilio González Arribas, que se había distinguido en varias polémicas abiertas en los periódicos locales. Éste nombramiento, dio lugar a varios años de tensiones entre el Ayuntamiento y el Obispado, pues el Prelado de Málaga don Valentín Ortigosa, se opuso al mismo, con el argumento de que la corporación municipal carecía de atribuciones para realizarlo, aunque dicha capilla le hubiese sido cedida por el Ministerio de Hacienda.

 

1 de mayo 1855 - En los años transcurridos desde la cesión de la iglesia al Ayuntamiento (en 1842), hasta la fundación de la Hermandad de la Misericordia (en 1864), se pueden documentar numerosos cultos internos y externos dedicados a la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia. Entre otros, la Función Solemne con sermón al Señor de la Misericordia que en el Carmen se celebró el día de la Santa Cruz, predicando el presbítero don Vicente Pontes (Diario “El Avisador Malagueño”. Martes, 1 de mayo de 1855).

 

30 septiembre 1855 – Se llevó a cabo una Función Solemne y Procesión organizada por sus devotos en Acción de Gracias por haber desaparecido el cólera de la ciudad de Málaga, el Domingo 30 de Septiembre de 1855 en unión de la Sagrada Imagen de la Virgen del Carmen. Según precisa la prensa de la época [Diario “El Avisador Malagueño”. Nº 3.068; Viernes, 28 de septiembre de 1855. Noticias religiosas. Archivo D. Narciso Díaz de Escovar. Fundación UNICAJA]. La Función comenzó a las 10 de la mañana, predicando en ella el presbítero don Francisco de La Calle, saliendo la procesión a las cuatro de la tarde “por la estación acostumbrada”.

 

2 marzo 1858 - Durante éstos años en la Cuaresma, se realizaban en la Iglesia del Carmen devotos ejercicios con sermón, en honor de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia, y todos los domingos por la tarde se realizaban ejercicios con sermón del día, por el Sr. Cura de la Parroquia de San Pedro o el Capellán de la referida iglesia [Diario “El Correo de Andalucía”. Martes, 2 de marzo de 1858. Archivo Díaz de Escovar. Fundación UNICAJA]. Los feligreses de la Capilla de Torrijos (actual iglesia de Carmen), fueron formando grupos de culto interno organizado en torno a las imágenes más populares de la iglesia (como hemos visto), y que dieron lugar posteriormente a la creación de las Cofradías de Nuestra Señora del Carmen (en 1863) y la de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia (en 1864).

 

Fundación de la cofradía

 

10 abril 1864     - Un grupo de cofrades se reúnen por vez primera, en la sacristía de la iglesia       del Carmen del Perchel, para fundar una nueva cofradía: Nuestro Padre Jesús de la Misericordia.

 

17 abril 1864 – En esta fecha, quedó canónicamente erigida la hermandad en la iglesia del Carmen (LLORDÉN, ANDRÉS y SOUVIRÓN, SEBASTIÁN. “Historia documental de las cofradías y hermandades de Pasión de la ciudad de Málaga”. Málaga, Ayuntamiento, 1969; pag. 346). 

 

1 mayo 1864 –Se aprueban por los hermanos unos Estatutos datados con dicha fecha, que fueron remitidos inmediatamente al Obispo para su aprobación, a través de D. José Domínguez, Secretario Honorario de S.M. y Notario Mayor del Juzgado de Testamentos y Obras Pías de ésta Ciudad y Obispado (“Estatutos que han de regir a la Hermandad de N. P. Jesús de la Misericordia que se venera en la iglesia de N. Sra. Del Carmen de ésta Ciudad de Málaga”. Málaga, 1 de Mayo de 1864). Una fotocopia del original conservado en el Archivo del Gobierno Civil de Málaga, se encuentra en el Archivo de la Cofradía de la Misericordia. La petición de aprobación de dichos estatutos al obispado fue suscrita por los hermanos don José Romero Cazorla, don Antonio Garibaldi, don Miguel Domínguez            y don C. Santa María (LLORDÉN, ANDRÉS. “Historia documental de las cofradías y hermandades de Pasión de la ciudad de Málaga”. Málaga, Ayuntamiento, 1969.; pag. 346). En las disposiciones generales de la citada norma estatutaria, se hace constar la relación de hermanos que el 1 de mayo de 1864 componían la primera Junta de Gobierno de la Cofradía: Capellán: D. Antonio Fiandor; Hermano Mayor: D. Francisco Aguilar; Mayordomo: D. José Nogueras; Secretario: D. José Vicente y Gómez; Tesorero: D. Víctor Carnicero; y Albaceas: D. Gabriel Gómez (1º) y D. Francisco Garrido (2º), además de varios vocales (Pedro Herreras, A. Cano, José Soto, Antonio de Mesa, Plácido Aguilar, E. Riera, Vicente Ávila, Antonio Molinas, José González, Antonio Garibaldi y Gallardo, y José de Vilches, así como otro grupo sin cargo especificado (Manuel Fernández, José Campos Pérez, V. Sevillano, Rafael Rodríguez, Francisco Ledesma, Antonio Delgado, Eduardo Crespo y Tomás Muñoz).

 

10 junio 1864 – El Sr. Obispo expide decreto de autorización para la fundación de la Cofradía. (“Providencia...” firmada por el Secretario Honorario de S. M. y Notario Mayor del Juzgado de Testamentos y Obras Pías de Málaga Don José Domínguez, con el Vº Bº de D. Rafael María de Barcia y Velasco, Provisor Vicario General de la Diócesis de Málaga. Añadida a los Estatutos de la Hermandad).

 

7 diciembre 1864 – El señor Don Rafael María de Barcia y Velasco Presbítero Doctor en Sagrados Cánones, Licenciado en Civil, Abogado de los Tribunales de la Nación, y de los Ilustres Colegios de ésta referida Ciudad y la de Córdoba, Dignidad de Arcediano en ésta Santa Iglesia Catedral, y Provisor Vicario General de la Diócesis con Real aprobación, aprueba los Estatutos presentados por la nueva Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia.

 

13 abril 1865 - El primer desfile procesional de la Cofradía de la Misericordia se inició a las cinco y media de la tarde del Jueves Santo 13 de Abril de 1865. Su itinerario recorrió las calles Ancha del Carmen, Pasillo de Sto. Domingo, Puente de Tetuán, centro de la Alameda, Puerta del Mar, Calle Nueva, Plaza (actual Plaza de la Constitución), Santa María, Catedral, San Agustín, Granada, Plaza de Riego (actual Plaza de la Merced), Álamos, Torrijos (actual Carreterías), Compañía, Santos, San Juan, Plazuela del Mar, Alameda, Puente de Tetuán, Calle del Carmen y a su iglesia (Diario “El Avisador Malagueño”. Martes, 11 de Abril de 1865, p. 3; y Jueves, 13 de Abril de 1865, p. 3 (Archivo de D. Narciso Díaz de Escovar. Fundación UNICAJA). El día amaneció lluvioso, pero hacia el mediodía aclaró y las hermandades pudieron efectuar sus salidas penitenciales por la tarde. Aquel día, procesionaron tres cofradías: la Misericordia, de la iglesia del Carmen; la de Jesús Nazareno, de la iglesia de San Juan; y la de Ntro. Padre Jesús de la Sangre, de la Merced. Todas ellas llevaban bandas de música, piquetes de caballería delante y escolta de tropa.

 

16 abril 1865 - Respecto a éste primer desfile procesional de la Misericordia de 1865, existe desde antiguo una leyenda atribuida a nuestra cofradía que conviene aclarar. Se trata de la supuesta muerte de dos correonistas del trono, que “murieron reventados” por el enorme peso del trono al llegar a la puerta de la Catedral; un accidente que –según cuenta la tradición- dio lugar al año siguiente, a una petición por parte de la cofradía al Sr. Obispo para no efectuar la estación penitencial en la Catedral. Es cuanto menos sorprendente que se haya mantenido durante tanto tiempo ésta leyenda, que a todas luces, no tiene el más mínimo viso de realidad. En el supuesto caso de que dicho accidente hubiese tenido lugar, no cabe la menor duda de que la prensa de la época lo hubiese recogido, y no es así. El diario “La Unión Mercantil” del 16 de Abril de 1865, unos días después de haberse verificado el desfile penitencial, publicaba una detallada descripción del mismo en el que recoge los inconvenientes producidos por el fuerte aguacero caído cuando la procesión marchaba por calle Álamos. Así como el que el trono tuviera que refugiarse en una casa cercana a la Plaza del Teatro, hasta que amainó la lluvia, y la posterior – y por ello muy retrasada - vuelta a su sede canónica de la Iglesia del Carmen “deprisa ya, y como mejor fue posible”. A las otras dos hermandades que salieron aquel nefasto día, les cogió la lluvia en Puerta Nueva, y ambas refugiaron también a sus Titulares “... metiendo a Jesús Nazareno (de San Juan) en la Posada llamada de San Rafael y al Cristo de la Sangre en el Café del Suizo. Ésta efigie fue conducida a su iglesia, no así la de Jesús Nazareno, que en vez de ser llevada a San Juan volvió a Santo Tomé”.

 

1866      - Por otra parte, es curioso observar cómo en éstos iniciales cortejos procesionales de la Misericordia en el siglo XIX, aparecen ya dos elementos que forman parte de la historia tradicional de nuestra corporación nazarena. El primero de ellos, es la utilización de bengalas en algún momento de la estación penitencial. Efectivamente, se puede acreditar que en una fecha tan temprana como el desfile procesional de 1866, en la Misericordia “... en diferentes puntos de la estación..., se encendieron luces de bengala  que producían un excelente efecto” (Diario “El Avisador malagueño”. Domingo 1 de abril de 1866; p. 3). El segundo, es la presencia de militares y cuerpos de seguridad en nuestro cortejo.

 

12 abril 1867     - Para el cortejo procesional del año 1867, se introdujo un cambio en la uniformidad de los nazarenos. Se sustituyeron los “botillos” utilizados los dos primeros años, por unas “medias de color carne y sandalias con correas”, para conseguir con ello “...  un mayor realce y armonización con las túnicas de terciopelo que visten todos los penitentes” (Diario “El Avisador malagueño”. Domingo 21 de abril de 1867; p.2).

 

21 abril 1867     - Se puede constatar la presencia de militares y cuerpos de seguridad en nuestro cortejo desde los primeros desfiles procesionales. Por las   crónicas de prensa de la época           (Diario “El Avisador malagueño”, Domingo 21 de abril de 1867; p.2), sabemos de la presencia de “25 soldados” en la procesión de 1867, que llevaron un hacha cada uno. Otras 25 hachas se quedaron sin poder salir – pese a estar preparadas - por   falta de soldados que las llevasen.

 

12 abril 1868 – En 1868, la novedad fue el lucimiento – por parte de los nazarenos – de unos cirios rizados” que llamaron mucho la atención, por lo peculiar de los mismos, y su rareza dentro del concierto procesionista malagueño (Diario “El Avisador malagueño”. Domingo, 12 de abril de 1868, p. 3). Dicho periódico, menciona que en el cortejo procesional “... delante de la Imagen, lucía un gran número de blandones llevados por individuos de la fuerza de mar y tierra de ésta plaza”. Además de “...dos bandas militares y una buena orquesta...”. Aunque no se especifican con exactitud cuales eran los cuerpos militares presentes en el cortejo, es lógico suponer que pertenecieran a algunas de la unidades militares con sede en ésta plaza (BRETÓN GARCÍA, ALICIA. “La Gloriosa en Málaga...”. Málaga, s. e., 1986). Según ésta autora, en 1868 las dos unidades militares de guarnición en Málaga eran el Regimiento de Infantería Aragón, y el Regimiento de Infantería Princesa. En cualquier caso, no deja de sorprender la presencia en nuestra procesión de fuerzas de la Marina de Guerra, en una fecha tan temprana como el año 1868.

 

1870 - En este año, se produce la compra por parte de la cofradía en el cementerio de San Miguel de un panteón de enterramientos de 10 varas de frente por 6 de fondo y un importe de 120 escudos (RODRÍGUEZ MARÍN, FRANCISCO JOSÉ. “La adaptación a los nuevos tiempos: las cofradías malagueñas y la arquitectura funeraria”. En: Actas del III Congreso Nacional de Cofradías de Semana Santa. Córdoba, Cajasur, 1996; Tomo II; Pág. 249).

 

1883      - Se lleva a cabo el traslado desde la iglesia de San Pedro a la del Carmen, de las dos cofradías instaladas en la primera desde el siglo XVIII: la de Ntro. Padre Jesús de la Buena Muerte y Ánimas y la de Ntra. Sra. de los Dolores. Ambas cofradías, mientras tuvieron sede canónica en San Pedro, se mantuvieron como hermandades separadas, aunque cada una de ellas, realizó una intensa vida corporativa. Buena fe de ello, lo demuestra que en el siglo XVIII, la primera de ellas tuviera (en 1795) unos ingresos de 8.962,26 reales de vellón; y la segunda, 16.689 (MATEO AVILÉS, ELÍAS “Liberalismo y romanticismo (1845-1874). Contenido en “Semana Santa en Málaga. Arguval, 1987; Vol. III, p.113]. En el siglo siguiente (en 1.860) la cofradía de Ntro. Padre Jesús de la Buena Muerte tenía un total de 68 hermanos de cuota (MATEO AVILÉS, ELÍAS. Opus. Cit.; p.146. 

 

27 febrero 1894 - A pesar de todas las dificultades que la hermandad tuvo que atravesar en éste difícil período, la cofradía de la Misericordia no dejó de consolidarse y de crecer como corporación cristiana. Como dato curioso, se puede acreditar que en el año 1894, el presupuesto para la salida procesional de nuestra cofradía era el tercero más importante de la ciudad: 1.250 ptas., sólo superado por las de Jesús Nazareno del Paso y María Santísima de la Esperanza (3.000 ptas.) y Llagas y Columna y la Veracruz de San Juan (2.250 ptas.), siendo superior al resto de las corporaciones [Diario “La Unión Mercantil” 27-Febrero-1894. Citado por MATEO AVILÉS, ELÍAS DE. “El mundo cofrade malagueño a principios del siglo XX.....” en “75 Años de la Agrupación de Cofradías”. Pag. 47] En éste periódico se citan a Servitas (875 ptas.); Rico, Huerto, Concepción Dolorosa y La Puente (750 ptas. cada una); N. P. Llagas y Columna de Santiago, Humildad, y  N. P. de la Columna de El Carmen (625 ptas. cada una), y Esclavitud Dolorosa (500 ptas.).

 

1898 – En este año, puede documentarse bibliográficamente, que ya se había iniciado el apelativo de “Chiquito” aplicado al Señor de la Misericordia de la iglesia del Carmen, tal como se demuestra con su cita en:  MUÑOZ CERISOLA, NICOLÁS. Indicador Comercial  y Guía de Málaga para 1894. Málaga, s. e., 1894; página 20;  y en la Guía de Málaga para 1898, de Ramón A. Urbano. Málaga, Librería José Duarte, 1898; Pág. 75.

 

7 junio 1902      - Fecha en la que comunica por escrito al Gobernador Civil, la composición de una nueva Junta de Gobierno de la Hermandad del Señor de la Misericordia:          Hermano Mayor: Antonio Chacón Díaz; Mayordomo: Antonio Sené Mesa; Tesorero: Antonio Castelló Salazar; Capellán: Francisco Muñoz Reyna; Secretario: Antonio Escobar Zaragoza; Albacea 1º: Antonio Sampelayo Herrera; Albacea 2º: Francisco Gálvez Chacón; Vocal 1º: Saturnino de las Heras; Vocal 2º: Antonio Robles martín: Vocal 3º: Eduardo Sené Mesa; Vocal 4º: Nicolás Rocatagliata; Vocal 5º: Antonio Martín Escaño; Vocal 6º: Diego García Bris; Camarero: José Luque Leal. (Copia manuscrita de dicho documento se conserva en el archivo de la Cofradía).

 

10 junio 1902    - Los estatutos de 1864, estuvieron en activo durante muchísimos años en la Misericordia, dado que con fecha de 10 de Junio de 1902, y siguiendo las indicaciones recibidas, fue entregado un manuscrito del mismo en el Gobierno Civil de Málaga, para cumplir con el precepto establecido en el artículo 4º de la Ley de Asociaciones de 30 de junio de 1887 (“Estatutos que han de regir a la Hermandad de N. P. Jesús de la Misericordia que se venera en la iglesia de Nuestra Señora Del Carmen de ésta Ciudad de Málaga”. Málaga, 1 de Mayo de 1864), tal como especifica la nota marginal existente en la última página del original manuscrito conservado en el archivo del Gobierno Civil de Málaga.

 

7 marzo 1915 – En la “Hojita parroquial” del Carmen de esta fecha, se cita a la hermandad del Señor de la Misericordia, como uno de los miembros integrantes en la Asamblea Parroquial.

 

21 mayo 1916 – En un ejemplar de la “Hojita parroquial” del Carmen de esta fecha, se vuelve a citar a la hermandad del Señor de la Misericordia, como uno de los miembros integrantes de la Asamblea Parroquial.

 

1918 – Se recupera la salida procesional externa por las calles de Málaga, que no se efectuaba desde 1894. En la entrevista que le hace el periódico “El Regional” al Hermano Mayor, se especifica que la Hermandad tenía aquel año 175 hermanos, que pagaban una cuota de 1 peseta mensual. El orden de la procesión estaba formado por: Batidores de la Guardia Civil - Banda de Cornetas y Tambores – Guión de la Hermandad bajo mazas (talladas por el escultor Sr. Puertas) – 100 penitentes (con túnicas de veludillo oscuro) – 9 Mayordomos fijos – 6 Campanilleros – 2 Mayordomos ambulantes (vistiendo todos túnicas de veludillo rojo-obscuro (sic), cíngulo de oro y escudos de plata con el busto del titular) – Trono de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia – 20 penitentes (con túnicas blancas) – Cruz parroquial – y Banda de Música.

 

1920 – Primer año en el que realizan juntas la estación penitencial como una sola cofradía de dos tronos, las cofradías de la Misericordia y la de Buena Muerte y Dolores. Desde 1918, las dos hermandades salían de procesión desde la iglesia del Carmen el mismo día (el Jueves Santo) pero con una o dos horas de diferencia.

 

1926 – Año en el que se cambia la advocación de la Titular mariana de la cofradía. De Nuestra Señora de los Dolores, pasa a denominarse: Nuestra Señora del Gran Poder.  El Ayuntamiento, tomó posesión de la iglesia el día 1 de Septiembre de 1842[7], con la asistencia del juez de 1ª Instancia, del alcalde 3º don Nicolás Bonifaz, del regidor don Diego Gaztambide, y del síndico don Enrique García[8]. Una vez en manos del Ayuntamiento la antigua iglesia carmelitana, continuó dedicada básicamente al culto de la que seguía siendo la imagen titular de la misma, es decir, a Nuestra Señora del Carmen - que ya entonces tenía una extraordinaria devoción en el entorno más inmediato del barrio, y en el resto de la ciudad - además de servir como capilla para los cultos que anualmente se le rendían al famoso general Torrijos, héroe de los liberales, y la de ejercer como ayuda a la Parroquia de San Pedro. Con la proclamación de la II República, volvieron los tiempos duros para la iglesia, y por lo tanto, también para las corporaciones y asociaciones establecidas en su seno. El asalto y destrucción de la práctica totalidad de las iglesias e instituciones religiosas de la ciudad de Málaga en el mes de Mayo de 1931, es de todos conocido y ya está suficientemente explicado. Además de los graves daños producidos en el edificio parroquial del Carmen y sus dependencias anexas, supuso en la práctica, la casi total desaparición del patrimonio artístico y mobiliario que en él estaba contenido.    

 

1931 – A primeras horas de la mañana del 12 de mayo de 1931, una turba de milicianos asaltó la iglesia del Carmen, que fue destruida a conciencia. Los trozos de maderas de imágenes, retablos, mobiliarios y enseres, fueron sacados a la calle e incendiados hasta su destrucción. Excepto la imagen de Nuestra Señora del Gran Poder que consiguió salvarse, todo lo demás quedó destruido. La cofradía sufrió una destrucción casi total de todo su patrimonio artístico. 

 

Agosto de 1935 - Primera reconstrucción de la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia.

 

18 julio de 1936 – Sublevación de los militares que da lugar al estallido de la Guerra Civil española. La iglesia del Carmen volvió a ser destruida incluyendo su mobiliario, así como todas las imágenes, entre las que se encontraba la del Nazareno de la Misericordia (éste, destruido por segunda vez). Durante la guerra, la iglesia permaneció cerrada a cal y canto. Sin cultos ni posibilidad de acceso.

 

Domingo de Ramos de 1944 – En esta fecha, se llevó a cabo la nueva imagen recién llegada a Málaga de nuestro Padre Jesús de la Misericordia, elaborada por el escultor e imaginero José Navas Parejo en su taller de Granada; imagen que en la actualidad recibe culto como Sagrado Titular de la Cofradía de la Misericordia. Una vez finalizados los trágicos acontecimientos narrados, especialmente los de 1931, se procedió a la limpieza general de la iglesia, y a su puesta en servicio nuevamente, procediéndose a la reutilización de los escasos elementos salvados del asalto. Entre 1931 y 1936 las cofradías y hermandades, junto con los grupos parroquiales se pusieron manos a la obra, y consiguieron en poco tiempo el objetivo. Incluso, aumentaron las corporaciones canónicamente establecidas en la parroquia, pues por éstos años, se consigna la puesta en marcha de la Asociación del Niño de Praga[9], que vino a unirse a las ya antiguas de “Nuestra Señora del Carmen” y la de “Ntro. Padre Jesús de la Misericordia, Santísimo Cristo de Ánimas y Nuestra Señora del Gran Poder”. Los cultos se reiniciaron, así como las labores propias de la parroquia, dentro de un clima general de confusión  y prudencia. Poco después, de nuevo hizo su aparición la crisis provocada por el inicio del conflicto civil el 18 de Julio de 1936, que se tradujo en un nuevo abandono y desalojo de la parroquia durante la Guerra Civil, entre la fecha antes indicada y Febrero de 1937, con la ocupación de la iglesia – según testimonios orales de testigos presenciales – por elementos sindicalistas y obreros, llegándose a instalar en ella a numerosos refugiados, e incluso –posteriormente- un taller de reparaciones de motocicletas y vehículos a motor. Los cuales, usaron numerosos restos de la madera de los retablos  destruidos en 1931 para alimentar las hogueras con las que cocinaban y combatían el frío.   Transcurrido algún tiempo, y poco a poco, comenzaron las labores de limpieza y reconstrucción. Unas labores que no fueron del todo posibles hasta después de la llegada de las tropas nacionales a Málaga en Febrero de 1937. Pero las huellas del conflicto quedaron para siempre marcadas por la tragedia que supuso para la parroquia la desaparición de su párroco D. José Compaña y Herrero. Según narra el padre Lisardo Guede[10], al estallar el movimiento se refugió en una pensión de calle Martínez, pero alguien lo delató y le detuvieron, conduciéndolo al Arroyo de las Cañas, donde lo mataron fusilado el 24 de Julio de 1936. Según la versión de Francisco Lluch Valls[11], en el hotel La Perla donde estaba hospedado, a las nueve de la noche fue reconocido en el comedor por tres milicianos también alojados allí, y que fueron los que se lo llevaron para fusilarlo a las afueras de la ciudad. Además del padre párroco del Carmen, fueron fusilados diversos feligreses de la parroquia (según el padre Lisardo Guede[12] fueron 7 feligreses), entre los que cabe destacar a D. José Pérez Asencio, que fuera durante muchos años Hermano Mayor de la Hermandad de Nuestra Señora del Carmen, y sobre el que volveremos más adelante. Unos meses después de la llegada de las tropas nacionales a la ciudad de Málaga en Febrero de 1937, concretamente el 1 de Junio de ése mismo año, los claretianos tomaron posesión de la Parroquia del Carmen[13], y desde entonces hasta la actualidad, vienen desarrollando en ella su labor. Decía el “Boletín Oficial del Obispado”[14]:

   A partir de 1937, y con la ayuda de las autoridades a través de las subvenciones económicas de la Obra Social del Movimiento, y otras ayudas[15] se iniciaron ya de manera definitiva tanto la reconstrucción de la iglesia del Carmen, como la reactivación de las hermandades que tenían en ella su sede canónica (Hermandad del Carmen y Cofradía de la Misericordia, Stmo. Cristo de Ánimas y Ntra. Sra. del Gran Poder), además de servir de refugio temporal a otras cofradías cuyas sedes canónicas estaban en peor estado aún que el Carmen, o mientras esperaban su reconstrucción (como la Expiración de la Iglesia de San Pedro, o la del Prendimiento, constituida en el Carmen en 1948, y actualmente en la iglesia de la Divina Pastora).

   A pesar de la guerra, la vida parroquial se fue desarrollando con relativa normalidad, destacando la intensa labor de catequesis efectuada con los niños del populoso barrio industrial del Perchel, bajo la colaboración de la Excma. Señora Marquesa de Larios, insigne bienhechora de ésta obra en la parroquia[16].

   Dada la práctica destrucción (en los terribles sucesos de los años 31 y 36) del anterior tesoro histórico-artístico que la parroquia había ido acumulando a lo largo de los siglos, se procedió a dotar a la misma de un nuevo patrimonio pictórico y escultórico, que ha ido creciendo y completándose con el paso del tiempo.

   Los destrozos producidos en el convento por el terremoto de 1680 fueron reparados por la orden religiosa. Debido a éste suceso, es muy posible que se diese a  diversos nobles y burgueses malagueños la posibilidad de colaborar en las labores de reconstrucción, a través de la cesión de capillas de culto y enterramientos. Nada mal le vendrían a la orden religiosa las ayudas económicas que tales cesiones suponían. Cesiones –que por otra parte- no tenían nada de excepcionales, dado que venían siendo habituales desde la fundación de la orden carmelita.

   La tradición histórica atribuye la construcción de la entonces denominada “Capilla del Sagrario” a dos legos carmelitanos a mediados del siglo XVIII[17], aunque la profesora Rosario Camacho[18], por sus características constructivas y elementos decorativos, su construcción bien podría relacionarse con el maestro constructor Felipe de Unzurrúnzaga o con su taller de yeseros que tantas buenas obras realizara en Málaga a principios del dicho siglo. Siguiendo el modelo carmelita la capilla fue destinada desde el principio a ser Capilla del Sagrario.

 La elección de sepultura por parte de los ciudadanos de Málaga en el siglo XVIII, según los estudios de la profesora Marion Reder Gadow, se hallaba muy generalizada.       Un 34’5 % recaía en los diversos conventos de la ciudad y un 57 % en las parroquias. Dado que era más económico el enterramiento de éstas últimas, se puede deducir que el mantenimiento de su status social incluso después de su muerte, impulsó a numerosos miembros de las altas capas burguesas a demandar el enterramiento en capillas conventuales. No se enterraron muchos malagueños en el convento. Del total de enterramientos estudiados por Reder Gadow, solo un 4’5 % de ellos, se efectuaron en el Convento de Carmelitas Descalzos de San Andrés de Málaga16. Sin embargo, el hábito de Ntra. Sra. del Carmen, Patrona de los hombres de la mar, era el segundo más solicitado – después del franciscano – como hábito de enterramiento (un 9’1 % del total) 17, sobre todo entre los otorgantes femeninos. El convento de San Andrés era también, uno de los más solicitados en la demanda y petición de misas en los testamentos malagueños. Igualmente, entre las advocaciones de la Virgen que se utilizaban en los documentos y testamentos de la Málaga del XVIII – aparece, entre otras – la de la “Virgen del Carmen”. Un dato curioso, certifica la importancia que empezaba adquirir la advocación de la Virgen del Carmen: de un total de 89 lienzos, láminas y esculturas estudiadas por Marion Reder a través de los testamentos en inventarios, un total de 10 lienzos representaban a “Ntra. Sra. del Carmen”.- En el caso concreto de la imagen del Nazareno del Convento de San Andrés, conocido desde antiguo bajo la advocación de Ntro. Padre Jesús de la Misericordia, está documentada su existencia desde 1733[19], aunque debió de existir ya en tiempo muy anterior. - A mediados del XVIII, la iglesia sufrió una nueva remodelación[20]; entre otras, la de la colocación en 1745 de una nueva ventana en la fachada manierista de la iglesia[21]. Además, el templo fue adquiriendo una mayor complejidad espacial conforme se hicieron más numerosas las capillas laterales a él adosadas. Unas capillas que fueron construidas por la propia comunidad o por malagueños, que una manera u otra, estaban vinculados con la orden carmelita, y que cedidas, fueron usadas como criptas de Sagrario, (construida por la comunidad carmelita de San Andrés en el siglo XVIII).

 

Capilla de la Misericordia: Descripción

Construida como Capilla del Sagrario a fines del Siglo XVII con decoraciones de principios del XVIII, está considerada como una estructura arquitectónica de excepcional calidad. Consta de tres espacios bien definidos: una Capilla de Culto de planta octogonal con zócalo de mármol rojo y arcos ciegos de medio punto a los lados, en los lados pilastras cajeadas se adaptan a ellos anteponiéndose dos columnas salomónicas que quiebran el entablamiento. Sobre éste pequeñas pechinas limitan los tímpanos con ventanas entre macollas carnosas y doradas; del anillo, ya tendente al cilindro, con panes de canecillos del mismo tipo que los de la iglesia de la Victoria, surge una bóveda semiesférica con ocho nervios cajeados con decoración vegetal alternando con segmentos decorados con elementos vegetales envolviendo el escudo carmelita, rodeados de una doble moldura mixtilínea que en su borde exterior envuelve una placa recortada con decoración vegetal. Este mismo motivo constituye un segundo anillo del que surge un cupulino también octogonal, con pilastras en los ángulos y bóveda semiesférica con nervios estrangulados con abultada y excesiva decoración, cerrado con medallón central.

El camarín hexagonal, repite el alzado de la Capilla pero el ritmo de los canecillos es 2-1-2 y en el anillo, limitadas por pechinas, hay ventanas ovales, cayendo sobre el friso placas recortadas, la cubierta es agallonada con un mismo anillo del mismo tipo, que en sus concavidades adosa una placa recortada con gran macolla de carnosa hojarasca dorada envolviendo una cartela central. En la bóveda propiamente dicha, de un bello medallón de forma hexagonal surgen nervios con decoración colgante de macollas vegetales que parecen prolongarse incluso sobre el anillo, entre ellos, en los gajos, la carnosa vegetación rodea una bella cartela sobre un soporte estrangulado envuelta a su vez en baquetones mixtilíneos. El pavimento es también muy rico, con un cuidado trabajo de taracea de mármoles rojos, blancos y negros formando círculos, que en la Capilla solamente se conserva en una limitada zona.

En el subsuelo del Camarín, se articula una Cripta hexagonal, que en origen descendía varios metros, y que contenía en sus paredes diversos nichos de enterramientos. Un suelo moderno –de los años cincuenta- ciega y cierra gran parte de la Cripta sobre escombros de relleno. En las paredes, aún hoy se pueden observar (aunque escasos) restos de la decoración de frescos original del XVIII, que se encuentran cubiertos. Trabajos de mantenimiento de los años setenta poco escrupulosos y cuidados, cubrieron con cemento, parte de dichas pinturas.

En los años 1931 y 1936, ésta Capilla resultó asaltada y destruida, salvándose solo las partes altas. El extraordinario retablo barroco, el discurso iconográfico y las decoraciones originales se perdieron a golpe de maza y martillo.         

En un artículo de la crónica diocesana publicado en el Boletín Oficial del Obispado de Málaga de Diciembre de 1945[22], se explica el plan de reconstrucción de las iglesias malagueñas destruidas por el vendaval revolucionario. En él, se confirma que el presupuesto para la reconstrucción de la iglesia parroquial del Carmen se encontraba pendiente de aprobación, y que disponía de un presupuesto de 157.219’95 Ptas. El proyecto de reconstrucción fue elaborado y dirigido por el arquitecto D. Enrique Atencia[23], y “revestido de un sentido bastante clásico en su alzado y adornos, pero conservando el carácter primitivo en cuanto al tipo de ellos como las placas y yeserías y adaptando el piso superior de las naves laterales, que segado a la iglesia ha sido convertido en zona de residencia”[24]. Las obras de reconstrucción de la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen se iniciaron con un presupuesto inicial de 60.000 pesetas (8.000 aportadas por el Obispado y 52.000 procedentes de donativos y del Ayuntamiento de Málaga)[25].

Hasta 1944, no tuvo la cofradía la solvencia económica suficiente como para costear el encargo realizado, que –por fin- pudo ser llevado a cabo y entregado poco antes de la semana santa de 1944. Esta última talla de Navas Parejo, es la que ha dado continuación hasta nuestros días, a la original advocación de origen carmelitano del Nazareno Caído bajo el peso de la Cruz, germen y semilla histórica de nuestro Sagrado Titular y origen de nuestra corporación nazarena.

Además en los años 50 y 60, la iglesia fue varias veces retocada por el arquitecto diocesano D. Enrique Atencia Molina. No conocemos hasta qué punto, dicha remodelación afectó a las estructuras heredadas del antiguo convento. En las naves de la iglesia, se repararon los daños efectuados entre los años 1931 y 1936. Se reparó la solería, se sellaron diversos accesos antiguos de comunicación con el convento, y se reparó la techumbre, aunque las mayores modificaciones se efectuaron en las galerías altas, para dedicarlas a locales parroquiales de reunión, administración y vivienda de los sacerdotes. A partir de 1937, y con la ayuda de las autoridades a través de las subvenciones económicas de la Obra Social del Movimiento, y otras ayudas[26] se iniciaron ya de manera definitiva tanto la reconstrucción de la iglesia del Carmen, como la reactivación de las hermas a raíz de la desamortización de Mendizábal en 1835, se expropió el convento a la Orden Carmelita, y se parcelaron y vendieron los terrenos conventuales; excepto la iglesia, que fue entregada primero al Ayuntamiento de Málaga como “Capilla de Torrijos” en 1842. Como tal propiedad del ayuntamiento, siguió funcionando como “ayuda” de la vecina Parroquia de San Pedro, hasta que el deterioro de ésta, obligó a su cierre. La corporación municipal, le traspasó al obispado de Málaga la propiedad de la iglesia en 1883 pasando a denominarse “Parroquia de Nuestro Señor San Pedro y Nuestra Señora del Carmen”.

En el año 1943, volvió a constituirse la antigua Parroquia de San Pedro, esta vez desligada –ya definitivamente hasta la actualidad- de la que en nuestros días se denomina “Parroquia de Nuestra Señora del Carmen”. El resto del terreno y dependencias conventuales desamortizadas fueron desapareciendo, hasta convertirse en una zona de talleres industriales, almacenes o tiendas que aún subsisten en la actualidad, aunque ha sufrido una enorme transformación en los últimos años, ya en pleno siglo XXI.          

En febrero de 2015, el ayuntamiento anuncia el proyecto de recuperación, realizado por el arquitecto José Ramón Cruz del Campo, que contará con dos fases y fue precedido de un estudio geotécnico y arqueológico. Se esperaron las necesarias subvenciones y la futura contratación de las obras, que no dieron comienzo en otoño del mismo año como estaba previsto, sino que se retrasaron hasta el otoño de 2016 cuando comenzaron las obras.

La primera fase de las obras terminó en enero de 2018, cuyas intervenciones incluyeron el mesón, futura sede de la Fundación Carnaval de Málaga, y el refectorio,, futura sede de la Asociación Torrijo 1831. En estas intervenciones se encontraron diversos elementos arquitectónicos como las mesas de piedra sobre las que solían comer los monjes. Una vez concluida, se procederá a la segunda fase, que incluye la restauración del claustro, que tendrá acceso desde la plaza de la Misericordia y albergará la biblioteca Jorge Guillén con 1 000 metros, así como una sala de reuniones y la sede de la Archicofradía de Nuestra Señora del Carmen. Esta última fase estaría terminada para finales de 2019 o principios de 2020.

 

La vinculación histórica entre el Ejército del aire español y la cofradía de la Misericordia de Málaga: Apunte histórico

En el caso concreto de la Real, Ilustre y Venerable Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia, Santísimo Cristo de Ánimas, y Nuestra Señora del Gran Poder y San Juan de Dios, fundada en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen del barrio del Perchel el 10 de Abril de 1864, contó desde muy al principio con la presencia de cuerpos militares. Está constatada documentalmente por la prensa de la época la participación de tropas de la milicia nacional y de la armada, así como de tropas regulares de infantería, en las procesiones realizadas entre los años 1864-68, y 1886, 1887 y 1894.

Como es sabido, el Comandante García-Morato -aunque nacido en Melilla- estaba especialmente vinculado a Málaga, por hallarse casado con una de las hijas del famoso ginecólogo malagueño D. José Gálvez Ginachero, al tiempo que era cuñado de otro aviador no menos famoso: Carlos Haya, casado -a su vez- con otra de las hijas del conocido médico.

La Junta de Gobierno de la cofradía, con fecha de 19 de Junio de 1938, decidió el nombramiento como “Hermanos Mayores Honorarios” del famoso piloto y del Ejército del Aire. Con fecha 30 de Septiembre de aquel mismo año, se dio lectura en Junta de Gobierno, de las cartas de aceptación de ambos para los cargos honoríficos propuestos. García-Morato contestó personalmente, y aceptó en nombre de la Aviación el Excmo. Sr. General del Ejército del Aire D. Eduardo González Gallarza en calidad de Ministro de dicho Ejército. Además, el 7 de Enero del año 1940, fue propuesto y aceptado, el nombramiento como “Camarera de Honor” de la señora esposa del General Yagüe.

El 16 de Marzo de 1942, según acta de la Junta de Gobierno, se le propuso al señor Obispo de Málaga el nombramiento como “Hermano Mayor Honorario” del Comandante de Aviación D. Joaquín Martínez Vara de Rey, así como también nombrar a sus dos hijas “Camareras” de la Santísima Virgen del Gran Poder. Una Comisión de la Misericordia visitó al Comandante – que les dispensó una cálida acogida- y le entregó el nombramiento, y consiguió su promesa de suministrar para el desfile procesional una Escuadra de Gastadores, escolta para los Trono, Música y un piquete de honores, por lo que se acuerda expresarle de oficio el agradecimiento de la cofradía.

Por lo tanto, la presencia en el desfile procesional de la Misericordia de Jefes, Oficiales, suboficiales y tropas del Ejército del Aire, no sólo es recomendable mantenerla, sino incluso impulsarlas en la medida de lo que sea posible. Es coherente con nuestro pasado histórico. Es identificado como una de las estéticas más conocidas y entrañables de nuestra Semana Santa. Y es, sobre todo, importante para nosotros y para todos los que han tenido el honor de hacer el Servicio Militar en Aviación, y haber podido desfilar -acompañándolo y rindiéndole honores- a su Cristo de la Misericordia.

Por todo ello, que el Ejército del Aire acompañe a nuestros Sagrados Titulares en su discurrir por las calles malagueñas el Jueves Santo, a buen seguro que completa todo el complejo mundo de circunstancias históricas, contenidos simbólicos, emociones personales y vínculos institucionales que hemos heredado de nuestra historia reciente, y que debemos -entre todos- de conservar.

 

 

 

 

 

 

 



[1] CAMACHO MARTÍNEZ, ROSARIO. “Málaga Barroca. Arquitectura religiosa de los siglos XVII y XVIII”. Málaga: Universidad, 1981; p. 234.

[2] GUEDE FERNÁNDEZ, LISARDO. Cronista Diocesano. “Ermitas de Málaga. Compendio histórico”. Málaga: Bobastro, 1987; pp. 121 y 122.

[3] DIAZ DE ESCOVAR, NARCISO. Efemérides históricas malagueñas”. Málaga: s.e., 1899; p. 303.

[4] SANTA MARÍA, F. “Reforma de los descalzos de Ntra. Sra. Del Carmen, de la primitiva observancia, hecha por Sta. Teresa de Jesús en la antigua Religión fundada por el Gran Elías”. Madrid, 1654; p. 72.

[5] DÍAZ DE ESCOVAR, NARCISO. “Efemérides malagueñas”. Málaga: Poch y Creixell, 1897; p. 61.

[6] DÍAZ DE ESCOVAR, NARCISO. “Antiguallas curiosas de Málaga y su provincia. Iglesia y Convento del Carmen”. Archivo Díaz de Escovar.

[7] ESTRADA Y SEGALERVA, JOSÉ LUIS. Op. Cit. Vol. III; p. 281.

[8] ESTRADA Y SEGALERVA, JOSÉ LUIS. Op. Cit. Vol. III; p. 281.

 

[9] Diario “La Unión Mercantil”. Año L. Nº 17.652; Sábado, 20 de Abril de 1.935.

[10] GUEDE Y FERNÁNDEZ, LISARDO. “Martirologio Malaginense”. Málaga: s.e., 1988, pp. 152-153.

[11] LLUCH VALLS, FRANCISCO. “Semilla Azul”. S.l., s.e., 1939; p. 162.

[12] GUEDE Y FERNÁNDEZ, LISARDO. “Historia de Málaga. Antigüedades. Málaga Misionera: Ayer y Hoy. Parroquias y anejos”. Málaga: s.e., 1992; p. 253.

[13] GUTIÉRREZ SERRANO, FEDERICO. C.M.F. “San Antonio María Claret en Málaga”. Madrid: Comulsa, (d.l. 1974); pp. 158-159.

[14] “Boletín Oficial del Obispado de Málaga” (BOOM). Junio, 1937; p.165 (Citado por Federico Gutiérrez Serrano C.M.F. en su obra: “San Antonio Mª Claret en Málaga...”; pp.158 y 159).

[15] “Boinas Rojas”. Nº 390, Domingo 15 de Mayo de 1938; p. 2. En éste periódico se consigna la entrega a la Iglesia del Carmen de 500 pesetas en concepto de ayuda, que habían sido recaudadas en el seno de la Agrupación Malagueña de Comerciantes. Fue una de las primeras ayudas recibidas.

[16] “Boinas Rojas”. Nº 401, Sábado, 28 de Mayo de 1938; p. 6.

[17] COLUMBIANO DE LA VERDURA. Op. Cit.; p. 113.También por ésta época (entre 1742 y 1744), el carmelita de Antequera Fr. Manuel de la Cruz, construyó en el convento de Ntra. Sra. de Belén de ésta ciudad, la Capilla de Jesús Caído, en la que en lo sucesivo se le daría culto a ésta imagen (cabeza y manos de José de Mora) que fue llamada al principio “Cristo del Consuelo”.

[18] CAMACHO MARTÍNEZ, ROSARIO. Op. Cit.; p. 237.

[19] Año en el que dio comienzo el bordado de una túnica de terciopelo para la imagen por Marcos Durán, que se finalizó en 1748 por las hermanas del rector carmelita descalzo Fray José del Niño Jesús, según un papel encontrado en el forro de la citada túnica cuando en 1893 se procedió a su restauración por el bordador malagueño Juan Reinés.

[20] MORALES FOLGUERA, J.M., et. al., “El convento de San Andrés de los Carmelitas Descalzos de Málaga”, en la revista Jábega nº 60, (Málaga, Diputación Provincial, 1988); p. 51.

[21] A. J. T. Colección de notas manuscritas. Carmen. 1745.

[22] BOOM. Año LXXVIII; nº 12, Diciembre de 1945; p. 851.

[23]ADM.- ATENCIA, E.: Iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen. Proyecto de reconstrucción. Memoria. Málaga. 1944. Citado por Charo Camacho en “Málaga Barroca....”

[24] CAMACHO MARTÍNEZ, ROSARIO. “Málaga barroca. Arquitectura religiosa de los siglos XVII y XVIII”. Málaga: Universidad-Colegio de Arquitectos-Diputación, 1981; p.235.

[25] “Veinte años de paz en el Movimiento Nacional bajo el mando del Caudillo”. Edificios Religiosos. Málaga, Jefatura Provincial del Movimiento, 1959.

[26] “Boinas Rojas”. Nº 390, Domingo 15 de mayo de 1938; p. 2. En éste periódico se consigna la entrega a la Iglesia del Carmen de 500 pesetas en concepto de ayuda, que habían sido recaudadas en el seno de la Agrupación Malagueña de Comerciantes. Fue una de las primeras ayudas recibidas.