miércoles, 15 de julio de 2009

PUERTO DE LA TORRE, PULMÓN DE MÁLAGA


La provincia de Málaga, como las demás provincias orientales de Andalucía, se caracteriza por la variedad de formaciones y climas existentes, ya que su propio agente geográfico la convierte en un área de contrastes, con la orografía más accidentada de toda Andalucía. Además del sol y la playa, se puede disfrutar también de unos espacios naturales muy valiosos en su interior. Este era el caso del Puerto de la Torre, (como interior más cercano) desde época antigua, que por su especial orografía y su situación geográfica, rodeada de una parte por el cerro del Atabal al Este. Al Noroeste por los montes de Orozco y los Verdiales, al Oeste, los montes Peluca o Platero y cerro de la Lanza, y la influencia del río Campanillas, y al Suroeste el valle del río Guadalhorce, que lo circunda, conformando una barrera que lo defienden del frío; caracterizándose su clima por sus suaves temperaturas gracias al papel del mar como regulador térmico al estar abierto a éste por el Sur.
Estas especiales circunstancias y el hecho de que la carretera facilitara el acceso de la ciudad al Barrio. También por su altitud y la influencia de su aire limpio, obtuvo la fama de lugar saludable.
Como consecuencia de este especial microclima, una selecta colonia de ciudadanos se fueron afincando en este lugar; y junto a las casas de labradores construyeron sus propias residencias, ya que los médicos por aquella fechas, (antes de los años setenta) aconsejaban a los que padecían ciertas enfermedades como la tuberculosis, la tos ferina u otro padecimiento similar, que se trasladaran a esta zona, donde encontrarían, si no el total restablecimiento, sí una relativa mejoría. Es por ello, que a finales del siglo XX, todavía existen villas con el nombre relevante de la alta sociedad malagueña de entonces, como son, Villa Cruz, la de Meliveos, Los Insturín. Y propiedades de fincas como Los Souvirón en el Cozcollar, (hoy urbanización Puerto Sol) los Orozcos, (constituida hoy en barriada) los Murillos, en el Gallego, (hoy barriada de Fuente Alegre) los recios, en los Morales, (también barriada).
De otra parte, aquellas familias cuyo poder adquisitivo era más bajo y que no podían acceder a la adquisición de una vivienda y menos a una finca, adquirían una pequeña casa en régimen de alquiler, por lo que para esta demanda, se comienzan a construir los llamados portales.
Todavía quedan en la fecha indicada algunos de ellos; sirva como ejemplo, los Portales de Torres, los Portales de Griffo, los del Carril del Molino, los de Zapatero, entre otros.
En la década de 1950, el Obispo de Málaga D. Angel Herrera Oria, también disfrutaba sus vacaciones estivales en el Puerto de la Torre.
En una conversación que mantuve con el Deán de la Catedral de Málaga D. Francisco García Mota, en el mes de Marzo de 2006, me confirmó que el señor Obispo escogió este Barrio para disfrutar de sus vacaciones de verano. El motivo de tan acertada elección, me decía, fue como consecuencia de la bonanza del clima de aquella zona, y también porque en esa época en el Puerto de la Torre se respiraba una relajante tranquilidad, lo que le permitía cumplir con sus meditaciones en aquella apartada casita que ocupaba junto a la Iglesia de los Dolores, y que la gente del barrio le llamaban "El mirador, o la casita del Obispo."
A partir de esta fechas, y hasta tiempos recientes, al Puerto de la Torre se le vino denominando como "el pulmón de Málaga". Pero como el crecimiento demográfico urbano de la gran ciudad se ha hecho sentir no sólo en su interior, sino en un extenso territorio de influencia; así como el estilo de vida urbano de los nuevos residentes rurales del área periférica, ha generado una exportación de las insuficiencias urbanas y de sus demandas al campo, contribuyendo a la generación de múltiples urbanizaciones, lo que ha creado un incremento elevado de la población y por consiguiente de la polución, creando un deterioro climatológico que ha dado al traste con el que fue bien ganado nombre de "Pulmón de Málaga".
Del libro, "Puerto e la Torre Convento del Cañaveral, Virgen de las Cañas, su Historia" de Manuel Garrido.